martes, 12 de enero de 2010

Los pensamientos

He resucitado este blog... lo he abierto de nuevo... necesito escribir aqui...

He estado tan acostumbrada por más tiempo de mi vida en llevar mis pensamientos hacia el polo negativo de las cosas, que cambiar esa inercia en mí, requiere de mucha disciplina. Cuando fui conciente de mi enfermedad, todo pasó a segundo término: el resentimiento, el desamor, la incomunicación, las cosas materiales, etc. Empecé a mirar con otro sentido.

Llegó entonces un gran impulso. La motivación me invadió y me dispuse a cambiar un sinfín de cosas.

Y de pronto esos actos de disciplina se volvieron rutina. La vida es lucha, lo sé.
Pero de manera inconciente dejé que el miedo me cercara. Y me fui cansando. Poco a poco un halo de negatividad no percibido me apachurraba. Cada vez me ponía más barreras. Y lo peor es no externarlo. Tan sencillo como preferir no salir a comer por temor a embarrarme de más y que la gente lo vea. O que perciban un retraso mental donde yo sé que hay inteligencia. Como pueden ver, me queda una pobre y fracturada soberbia. Y hay un enorme desconocimiento del parkinson. Y yo decidí no llevar un cartel. Decidí explicárselo a quien de verdad me interesa o a quien lo quisiera saber.

Esos pensamientos me llegaban y según yo los rechazaba. Pero no… soy experta en el autoengaño.

Estaban ahí, me rondaban pidiéndome la aceptación de mis límites reales modificados. Y sobre todo, me exigían un cambio.

Y desembocó ese cansancio y esa negatividad inconciente en un hoyo. Que los médicos llaman depresión. Yo lo sentí con una mirada algo gris, con inquietud, fragilidad e insomnio. Es el cuerpo y sus funciones hablando. Descubrir que me quiere decir ahora. O quedarme quieta y esperar. Las dos cosas creo: calma y aceptación; acción y quehaceres nuevos. Y lo difícil: encontrar por ahora el justo medio.

Y sobre todo pensar en colores vivos. Y seguir… no cansarme. Redoblar los esfuerzos. Brincar las líneas. Sacar fuerzas observando que solo lo positivo me ha funcionado.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Un post muy valiente donde hablas sin tapujos y destapas la caja interna. Creo que es un gran paso hacia la recuperación. ¡Felicitaciones!
Me conmovió mucho cuando hablas de no salir a comer por embarrarse de más y lo de el retraso mental. A la porra los demás... haz lo que desees hacer y adelante...

Anónimo dijo...

Escribir esto no me fue fácil... pero hacerlo me ayuda mucho...

y seguiré haciéndolo por ahora y mientras lo necesite

Destapar un poco esa caja interna para que tome aire, me hace bien...

Un abrazo muy grande para ti

Maria Rosa

Anónimo dijo...

Hola
Te he seguido en los dos blogs que conozco que has escrito, y creo que en uno de ellos desde el comienzo.
Sé de tu interés por la nueva medicina de Hamer y sé que has intentado arrojar algo de luz sobre ella con esos conocimientos.
Por lo que veo el parkinson sigue ahí y tal vez con algo más de intensidad.
Sé que todo tiene que ser difícil, salir de esa enfermedad no es sólo superar los síntomas, estoy convencido de que habrá mucho más que te ate a la enfermedad, tu entorno, incluso los síntomas que a su vez refuerzan los vínculos.
Sin embargo, quería preguntarte:
la nueva medicina parece clara en cuanto a los posibles inicios o conflictos biológicos que desencadenan el parkinson, siendo así tal vez tú hayas podido identificar ese inicio y esos conflictos. ¿No te ha sido posible solucionarlos de manera definitiva?.
¿Crees que la nueva medicina ha fallado en algo en lo que se refiere al parkinson y por eso no te ha podido ayudar tanto como muchos de los seguidores de esta medicina suponemos que puede hacer por los enfermos?
Espero que a pesar de todo te encuentres bien. Saludos.

Maria Rosa dijo...

Gracias por seguirme... un abrazo

Tus preguntas me hicieron reflexionar bastante... y como es algo que también había querido responderme a mi misma pues aquí lo hago, en la siguiente entrada